La importancia de los cuentos en el
nivel inicial
La narración de cuentos desde edades tempranas no sólo es importante como motivación a la lectura sino como acción generadora de lazos afectivos.
El momento del cuento, en la escuela o en la familia, debe suponer un momento muy especial, un tiempo para compartir, para sentirse importantes y únicos, tanto el que lo cuenta como el que lo escucha. Un tiempo en el que el entorno real se confunde con el mundo fantástico del niño y se entrega por completo a él.
Los cuentos abren al niño un amplio abanico de posibilidades que, en su pequeña experiencia cotidiana, posiblemente no hubiera imaginado nunca por su variedad de temas, situaciones, ambiente y personajes.
A partir del cuento el
niño conocerá la bondad de unos, la difícil vida de ciertas personas, los
problemas y luchas por la existencia entre los hombres y entre los animales,
los diferentes tipos de vida según ambientes y sociedades, y cómo se pueden ver
las cosas a través de otros ojos.
En el mundo que se construye a través del cuento, el niño construye multitud de elementos fantásticos que adquieren vida propia, liberando el subconsciente de frustraciones, tensiones y miedos, estimulando la creatividad y encauzando positivamente estas emociones.
Construye estructuras mentales, proponiéndose relaciones como “yo-los demás”, “yo-las cosas”, “las cosas inventadas y las reales”.
También mide el tiempo (“una vez”,“ahora”) y el espacio (lejos,cerca).
En la estructura del cuento el niño contempla las estructuras de su propia imaginación, al tiempo que se fabrica otras nuevas, construyendo un instrumento indispensable para el conocimiento y dominio de la realidad.
De esta forma le sirve para involucrarse, conocerse, medirse.
En el mundo que se construye a través del cuento, el niño construye multitud de elementos fantásticos que adquieren vida propia, liberando el subconsciente de frustraciones, tensiones y miedos, estimulando la creatividad y encauzando positivamente estas emociones.
Construye estructuras mentales, proponiéndose relaciones como “yo-los demás”, “yo-las cosas”, “las cosas inventadas y las reales”.
También mide el tiempo (“una vez”,“ahora”) y el espacio (lejos,cerca).
En la estructura del cuento el niño contempla las estructuras de su propia imaginación, al tiempo que se fabrica otras nuevas, construyendo un instrumento indispensable para el conocimiento y dominio de la realidad.
De esta forma le sirve para involucrarse, conocerse, medirse.